Por: Vir Gordillo - @virgordillo – vgordillo@rosario.com – Rosario.com
La adolescencia de Buenas, la tristeza de Código de Barras, la búsqueda por salir de la crisis emocional que se refleja en Marea.
El objetivo cumplido, tocar en Obras y producir Audografía. La búsqueda de personalidad y dejar todo atrás con Grietas.
Compost y un disco difícil de entender pero que los razzeros adoptaron rápidamente. Sideral la fuerza y la reconquista a la novia que se había ido.
Eso es Cielo Razzo un puño de emociones. El barrio y los conflictos cotidianos. El reflejo de la angustia o la alegría de Pablo que transcribe con sus canciones situaciones cotidianas. “Galope” no queda afuera de esas sensaciones.
Es la fuerza, la misma que tiene el sexo entre dos personas que se atraen. La fuerza que al mismo tiempo genera una conexión que se vuelve adictiva donde comienzan a surgir los sentimientos. Cuando las relaciones carnales se vuelven cotidianas, aparece esa persona que te hace sentir joven, atraído, y con ganas de transportarse a la adolescencia, a esas primeras veces. Eso es Galope. El sexo entre sonrisas.
Con un Pablo Pino joven, renovado y una banda que lo acompaña. Resurgen como el ave fénix con la sed de quedarse con todo el mercado rockero, pero sin perder su impronta: el barrio, el Servando Bayo, la Charlone, los amigos y sus gustos.
Sonreiré si vuelves A sorpreNder…